domingo, mayo 25, 2008

Adiós y gracias y más

Caía lentamente el café expresso que había pedido, sin azúcar sin cuchara si quiera, ella lo sabía, lo veía entrar por la puerta y la cafetera se ponía en acción, tu siempre sonries le dijo el, y ella respondió se hace lo que se puede señor, no cuesta nada una sonrisa y un buenas, no sabes a quién le puede hacer falta, no lo cree usted?. Siempre lo trató de usted, el se impresionaba ya que esa costumbre se había perdido, pero ella era de una tierra lejana, en la cual todavía se saludaba.

Siempre tarareando alguna canción, le daba la impresión que ella muchas veces no estaba en ese lugar detrás de la barra de aquel café, habría viajado como lo imaginaba a esa tierra lejana, donde le aguardaba un beso, había visto los anillos en su dedo; el no sabía lo de las galletas de chocolate ni el helado de limón, tampoco de las tardes de domingo, y la hamaca tibia, los personajes inventados, y la sonrisa, ella nunca se lo contó, porque nunca habló mucho con él, solía limitarse a regalarle una sonrisa, recibirle el dinero y darle las gracias, de alguna manera le recordaba a su padre, al que también extrañaba, aunque cuando hablara con el, no dijera muchas cosas distintas y preguntara quizá mas por la hermana que por ella misma, aún así ella lo extrañaba; recordó que nunca le dijo te quiero mientras estuvo a su lado, pero una vez la tuvo a miles de Km, no pudo evitar decírselo al finalizar las conversaciones telefónicas.
Esta mañana como siempre, ella puso el café humeante frente a el, hubo un buenas y una sonrisa, pero no como la de ayer, lucía diferente, extraña, hasta se le olvidó quitar la cuchara y el azúcar, pues ella precavida tiene muchos platos puestos para las avalanchas, le oyó una vez decir, pero hoy no, hoy se disculpó frente a la taza de café, y quiso sonreir, el le respondió tranquila, le regaló una sonrisa, se hace lo que se puede no es cierto?. Cruzó la puerta despidiéndose, ella le dijo adiós...

miércoles, mayo 14, 2008

Día libre

Unas horas libre, solo un día libre posee, en su semana que a veces se antoja de más de siete lunas, hospital por la mañana, y dónde esta la vena?, se debió titular el episodio, luego de decirle por undécima vez, que sentía que el otro brazo tenía mejores prestancias; ella al torcer 180 grados la aguja, se percató de la cara de dolor, la chica vampiro del otro cubículo ya llevaba 7 y ella seguía ahí, pensando en que maldita hora se le ocurrió sacar cita para esta extracción nada sangrienta, pero nada, solo un mover incesante de la aguja dentro de los tejidos blandos, buscando a tientas a la maldita escurridiza; terminó por hacerle caso a la paciente, y pasó al otro brazo, pero ¡oh sorpresa!, la exclamación fue suficiente para causar expectación, vino otra enfermera y repitió lo que muchas veces le han dicho, pero que malas venas tienes!, si ya lo sé repetía, muy malas...

Luego de unos minutos más buscando, obtuvieron los tres tubos llenos de ese precioso líquido que le hacía comprender que poseía sangre y esta era de un delicioso color escarlata, y que se sentía muy cansada, y que tenía hambre, y muchas cosas más, pero había un ligero mareo posándose en sus sienes que le impedía seguir describiendo la situación.

Corriendo a otra cita, esta vez la declaración de renta, maldita sea volvía a repetir, pero wasted years acallaba cualquier pensamiento, ella subió aún más el volúmen y cantó.

Ya en la oficina llegaba su turno, y sacó papeles, habló de sumas, de referencias catastrales, y el internet se le colgó, tranquila dentro de poco seguro funcionará, le decía, pero nada otra vez jajajaja, reía por dentro, dos horas más tarde, luego de una llamada a Madrid para que le desbloqueen la compu, ella salía triunfal, con su declaración hecha, los brazos doloridos, y un deseo inmenso de oir su risa, la escuchó por la mañana al despertar, pero era un poco lejana, el sueño saltaba por la ventana llevándosela y la conciencia volvía a gatas, el sol no salió.