jueves, diciembre 06, 2007

Basura

Aquí en este nuevo lugar, mil lenguas, y a veces no puedo terminar de entenderlos y claro, ellos tampoco me comprenden.
Pero hay cosas que son universales, como la cara de cansancio luego de una jornada ardua, más de lo debido.
Veía a un compañero barriendo el aparcamiento por órdenes del jefe, son dos muy grandes, el primero esta a la entrada del establecimiento y el otro cruzando una carretera al frente; aquel día hacía mucho frío, recuerdo que cuando bajé las escaleras para irme a trabajar estábamos a menos 11 grados; yo lo veía moviendo la escoba y luego de un rato no lo ví más, todos preguntaban por él, y muchos decían: claro ya se fue por ahí, seguro que esta en el baño, nada más lejano de la realidad, aguzando la vista logré encontrarlo, en el estacionamiento nuevo, me comenzó a hervir la sangre, pero luego pensé quizá creo mal y el, al no saber mucho el idioma pues confundió las palabras y barría lo que no debía, pero aún así, salí del lugar y lo llamé, olvidé que llevaba un polo de manga corta, tenía tanta ira que era incapaz de sentir frío, el llegó luego de un rato y me pregunto que pasaba, y le respondí con una pregunta: ¿entendiste bién lo que te pidió el jefe?, el me explicó y no cabía duda, odiaba estar en lo cierto, odiaba que el tuviera que aceptarlo, y sobre todo odiaba que este tipo se aprovechara de un muchacho ilegal, no oculté mi rabia y todos lo vieron.
Pasaron unos días y se enfermó y la misma suerte corrí yo, afónica hasta la mudez, pero eso no importó, hay tantas cosas que he tenido la mala suerte de ver y experimentar en carne propia, que injusticias de ese tipo me ponen muy mal, y lo terrible de la situación es que muchos lo aceptan con resignación, sellando todo con un ¡¡-es lo que hay-!!.
Imagino que al día siguiente que me vaya todo seguirá igual, nadie dirá nada y la gran maquinaria de basura producirá toneladas al día, saboreando la carne humana, nuestra sangre, por que de nosotros se alimenta, y esto continuará hasta que alguién diga esta boca es mía y proteste, dijé muchas cosas sin miedo, sin esconder la cara, pero no tuvieron eco, recibí miradas cómplices, recibí miradas duras, pero no ha cambiado, me voy y no cambiará, pero aún tengo la toalla entre las manos y no pienso tirarla, me quedan muchos rounds.

Deja que detenga el tiempo
Deja que crea que puede ser
Deja que la noche brille
Aunque no hallan estrellas.

Deja que crea en un lugar nuevo
Donde poder soñar sea posible
Donde reir sin miedo.

Lejos de tanto dolor
Lejos de ese aroma a tinieblas
Lejos del monstruo de 8 cabezas
Lejos del espanto mortecino de la madrugada sin destino

Lejos de estos mis ojos que han visto tanto
Lejos de la memoria.