viernes, febrero 23, 2007

Mi Anillo de Poder



Tus ojos marrones me señalan el camino, el anillo que me diste aquel día, que se quedó grabado en mi mente y tallado con delicadeza en mi corazón, ilumina mis pasos...

sábado, febrero 17, 2007

Amigo era su nombre.

Lo encontré un día de primavera hace ya muchos años, saliendo de lo que pude pensar era una gran fábrica de muebles, yo vestía aún los colores azules del colegio, me encontraba en los últimos años.
Él lucía bastante delgado y su mirada era muy triste, lleno de cicatrices recientes y tambien algunas ya maduradas por la edad y el sol inclemente, corría sin parar por las calles, a pesar de su contextura se le veía fuerte, se acerco en el desenfreno de las correteadera y casi choca contra mí, por un momento me sorprendió y me acerqué a mirarlo más de cerca, fijo sus ojos de miel en los míos y supe que se iría a casa conmigo.
Así fue mi hermana q salía también del cole, lo vió y él nos siguió, no vivíamos muy lejos, escabulléndonos de las miradas acusetas de los vecinos lo llevamos detrás de la casa, y con mucho cuidado nos acercamos, se le veía nervioso por el contacto, yo diría q no estaba acostumbrado a sentir una mano tibia sobre su cabeza, fue un instante y el desapareció cómo vino, corriendo; no intentamos detenerlo pues no deseábamos agobiarlo, el regresará me dije, solo, cuando lo desee.

Y ocurrió otra tarde luego del colegio, esta vez se acerco ligeramente más familiarizado, pero aún con miedo, nos acompañó y bebió del agua que le dimos, comió un poco y esta vez permaneció un rato más en el patio trasero de casa.
Al oir a mi padre q llegaba del trabajo para almorzar salío disparado, no se cruzaron pero fue por muy poco.
Mi hermana me miraba y yo sabía que era cómplice de la aventura.

Él se volvió visitante asiduo de la casa luego que mi padre regresaba al trabajo, tan inteligente , calculaba la hora y volvía para vernos, jugábamos un buen rato, le encantaba correr y al emocionarse ladraba.

Un día no regresó, pasaron un par de días y volvió escuálido, con una gran herida en la oreja, la tenía partida en dos de la punta hacia el centro y sangraba profusamente, no quería dejarse tocar, entendía el dolor que sufría, supuse que fue otro cómo el, detrás de un plato de comida, el instinto no se puede evitar, saqué mis utencilios, por que desde siempre que recuerdo me gustaba la veterinaria, y tenía muchas cosas en mi cuarto, teníamos dos pequeñitas y dos más grandes en casa, así que sabía lo que hacía.
Luego de dejarse a duras pensas curar, y con la oreja morada de la violeta de genciana, huyó a toda prisa. Volvió días después con la oreja cicatrizada y de mejor humor, lo esperábamos con un gran plato de comida por el cual pregunto mi padre, le respondí con un murmullo gutural, en el momento que me encerraba en el baño, se lo diría en algún momento, puesto que no pensaba dejarlo más tiempo vagar por ahí.

Nos acompañaba a todos los lugares con muy buen humor, hiciera frío o calor, no podíamos separarnos, sabíamos que cuando salieramos más lejos no lo podríamos llevar, así que a veces optábamos por dejarlo en casa, le explicábamos a mi papá que de lo contrario nos seguiría y no estaba bién que corriera detrás del carro, mi papá comprendió sin mayor explicación que lo queríamos y aunque decía continuamente que lo botaría de casa, sabíamos que no lo haría, el no podría hacerlo jamás.
Pasó un año, llegaron las vacaciones y decidmos bañarlo, por que la primera vez que lo intentamos al solo contacto del agua fría se hizo humo entre mis dedos, y aparecío metros más allá lejos del alcance de la manguera, desapareció varios días, pero incorregible cómo siempre regresó, decidí hacerlo en otra ocación, y el famosos día llego, preparé todo, antes que llegara: la toalla, el shampoo, el peine y la manguera camuflada detrás de una silla, nos vío sin hacer mayor alboroto, como si intuyera lo que estaba por pasar; y cogido por el centro de su cuerpo fue arrastrado a la limpieza, a la espuma abundante, a los chorros de agua y no lo sentí con muchas ganas de huir, intentámos que fuera rápido y eficáz, la toalla quitó el exceso de agua y lo soltamos.
Se volvió loco, supe en ese instante que ya tenía mi corazón, corría cómo desaforado con una alegría que sería difícil de describir con palabras, estaba completamente feliz, sus ojos luminosos podrían opacar al perro mejor acicalado del mundo, él disfruto de su baño de espuma, nos respondía siempre de la misma manera a las caricias, con una paz que se podía tocar con los dedos, pero aún se le notaba en la mirada ese aire de tristeza lejana, por quienes no lo quisieron, que fueron muchos.

Vivía con una familia que nunca le hizo caso, no supieron ver más allá de los ladridos y el movimiento compulsivo de su cola, y al mudarse con su fábrica de lejía, lo dejaron a los nuevos dueños, sin avisarles, ellos vieron una boca que alimentar, a pesar que les iba bién en el negocio, nunca hicieron nada por él, y lo dejaron a su suerte, fue por esos días que se encontró con nosotras, y todo cambió.

Una semana luego del fallecimiento de una de sus mejores amigas y nuestra también, Tisha, que fue atropellada por un carro al soltarse y cruzar la carretera, misteriosamente comenzó a apagarse.
Lentamente su alegría se transformó en un dolor invisible para los demás, sus ánimos y el amor profundo a las correteaderas se acabó, llamamos a un veterinario, quién al terminar de examinarlo concluyó que había sido envenenado con vidrios molidos, le sorprendió la entereza con la cual soportaba el dolor agudo que estos cortes le producían en su estómago y en los intestinos, parecía una escena irreal, nada puede hacerse sentenció, lo que queda es hacerlo dormir, así lo hicimos con el dolor inmenso de nuestros corazones, pero preferíamos devolverle un poquito de paz, luego de toda la que él ya nos había entregado sin pedir nada, se fue lentamente esfumando cómo la primera vez que intentamos bañarlo hasta hacerse una nube de colores, su mirada de miel perdida entre los critales, retornó y por un instante creí verlo sonreir.

A ver si lo adivinan!!!

Apartense vacas la vida es corta (¿?)

viernes, febrero 16, 2007

En Negativo

El sol cambió de color, ahora es de un tono gris azulado.
El cambio fue paulatino pero nadie lo notó, sólo un día en que un niño jugaba con una pelota roja y esta dejó de serlo, para formar parte de la gama de los grises, todo cambió para él en ese momento.
Pero yo lo veía venir, el tono rosado de mis mejillas cambiaba al verme reflejada en algún aparador, dejé de pensar en el color de la ropa que compraba; porque toda se veía igual durante el día.
Las cosas cambiaban de noche, cuándo las luces artificiales podían hacer que tu cabello pasara del negro al rojo, la gente comenzó a salir más de noche, ya que el día, que se volvió gris literalmente deprimía a la gente; los suicidios dejaron de sucederse por la madrugada, en las horas solitarias cuando los minutos en el reloj se congelan, y terminaron por pertenecer al amanecer, cuando veías por tu ventana aquella imagen distorsionada que en otra época era sinónimo de alegría, y frases como: -mañana saldrá el sol de nuevo- , se volvieron una sentencia, fue cuando la gente empezó a desear permanecer en los trabajos muy entrada la noche, detestaban el espectáculo de la puesta de sol, ya que hasta les daba la impresion que el sol no calentaba igual, quizá fuera así.

No hubo mayor revuelo con las explicaciones científicas, -fue un cambio gradual- decían los entendidos, -nada puede hacerse, nuestra estrella es ahora gris- , y la gente aprendió a aceptarlo.

Yo me resisto...

martes, febrero 06, 2007

Dónde está el mar?

Estoy perdida en el tiempo, dejé pasar el bus y el aire cargado, transporta grandes cantidades de tierra y polen, primavera? ¿y porqué las hojas secas arremolinándose en las calles que hacen esquina?; ¿porqué ese contenedor oxidado expele un aroma a bahía vieja?, a botes olvidados, cuyos clavos saltaron solos de regreso a tierra a confundirse con la arena; ¿porqué las olas atronadoras ya no dejan escuchar el canto de las gaviotas?...y perdí otro bus.

En silencio

El aire frío me hace doler la nariz, casi creo que podría sangrar y en efecto así es, supongo que es por que aún estoy enferma, tengo apuntadas las horas de las tomas encima de la mesa de noche, para no olvidarlas, no puedo descuidarme, el nuevo trabajo no tiene grandes posibilidades de ascenso, pero tiene un buen horario y la gente es amable.

Es todo lo que necesito por el momento, mi conocimiento del idioma del lugar mejora, me sorprendo a mi mísma escuchando conversaciones y comprendiéndolas; mi lengua se resite a caer y tiene miedo de hacer el ridículo pronunciando vocablos erróneos, sólo se atreve en el silencio del cuarto por la madrugada, a practicar conversaciones imaginarias que sostengo contigo en las cuales quizá exagero mi dominio del idioma jajaja, debería hacerlo de verdad.

Tendría algo de malo si la gente se ríe de mi forma de hablar...no lo sé?, con el inglés me siento mucho más segura, pero supongo que así es al principio y debo vencer ese temor.

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Recuerdos q vienen a mi mente en esta noche fría, el calor de sus besos y las caminatas con estrellas de colores, a nuestro paso las cosas parecen flotar, y el sonido del mar transporta mi voz cómo un susurro cálido hacia tus oídos, puedo sentir el palpitar de tu corazón y casi la creación de la palabra en tu mente antes que la digas, así de conectados estamos; tu miras por dentro de mi ser, sabes dónde se esconde el temor y cómo hacer estallar mi alegría con un sólo gesto.

Hoy la noche no es tibia, estoy lejos y la cama de plaza y media se hace gigante ante tu ausencia, hago girar mi anillo en el dedo, en este mismo instante estas pensando en mí?