domingo, agosto 05, 2007

En primera plana

Con suavidad deslizaba sus dedos por su cuello, jugueteando con su cabello, mirándola con admiración, no entendía su expresión; ¿que deseas? le decía, pero un silencio frío le respondía, el comenzó a perder la paciencia, ¿porqué no podiá ser para él?, simplemente para él.

Podía leer sus ojos, miedo...¿tienes miedo de mí? le susurraba mientras la sostenía por los hombros, ella no podía evitar las lágrimas, con desesperación intentaba zafarse, pero él firme con las manos sin dejar escapar un suspiro; podía imaginar todo lo que sucedería después, huyendo del lugar tembloroso, delatante, acabando en un sucio hostal de mala muerte, emborrachándose, y al amanecer tomando algún raticida con lo que quede de alcohol, pasándo a formar parte de las feas estadísticas, convirtiéndose en titular de peridódico chicha, con su foto en primera plana a full color, se hablaría de él hasta en la radio, pero solo un lapso de tiempo, luego alguna vedette barata o un travestido, le quitaría portada, todo se olvida, se repetía.

Pero no tiene por que ser así, le dijo al cuerpo inerte, aún pareces sonreirme, la miró a los ojos, los capilares rotos delataban la lucha, y su suave cuello amoratado comenzába a tornarse frío, demasiado tiempo divagando, era hora de actuar, -que despeinado estoy- con un rápido movimiento de dedos todo volvió a su sitio, se puso la corbata, no sería difícil salir sin ser visto, aún la noche tiñe el cielo, y ella vive sola, solo hay fotos viejas por la pequeña habitación, en una sale ella del brazo de un señor, está adorna la diminuta mesa de noche, será su padre dice al aire, revisa su billetera, pequeñas fotos tamaño carné, también de otras épocas, papeles en un idioma que no termina de comprender, un pasaporte vencido, Enkia lindo y extraño nombre, alguna extranjera que se quedó enamorada de este gris lugar, muchas cartas sin abrir, deja todo en su lugar, nadie la extrañará está sola.
Un suave beso en la frente y se fue, salió tranquilo, ni un alma en la calle tal como lo había imaginado, caminó un buen rato intentando alejarse de la escena que pudiera involucrarlo, y un taxi se le cruzó, en esta ciudad siempre hay taxis, regateó el precio y subió.
Su madre lo esperaba despierta, se lo esperaba, jugó con muchas historias, pero al final la más simple y por ende la más creíble; me quedé hasta tarde en la oficina y luego salí a tomar algo, se hizo tarde y tomé un taxi, ve adormir mamá, yo haré lo mismo, le tocó los cabellos grises y la llevó del brazo al dormitorio, esperó a que se recostara sobre la cama, apagó la luz y le cerró la puerta.

Se sorprendía mucho de el mismo, de su frialdad para actuar y lo calculado que tenía todo, así como calculó el acercarse a ella, todos los días al salir del trabajo la veía se subía al mismo bus que ella y se bajaba unas calles más allá sin perderla de vista, la seguía hasta su casa y la observaba mientras abría la puerta, así se acercó, pidiéndole usar el teléfono, me han robado la cartera y el celular le decía con un tono de ligera angustia, es una ciudad muy insegura le respondía ella, mientras lo dejaba pasar, pero muy bonita a la vez, es muy complicado ¿sabes?, pero no la dejó continuar, así se inició su calvario.

El se acostó sobre su cama, luego de ponerse el pijama y con asombro sintió como le pesaban los párpados y los cerró.

El desayuno rápido, el bus repleto de gente, la oficina llena de papeles y sus inéptos compañeros de trabajo, otro día igual con el periódico debajo del brazo, se sentó y lo ojeó y nada lo mismo al día siguiente, una semana después hallaron el cuerpo de Enkia, las autoridades no tienen ni puñetera idea de quién fue, le dijo un chico de la oficina, la gringa estaba fuerte no?, el no le respondió, cerró el periódico y se puso con lo suyo, deberías hacer lo mismo Edgar ¡trabajar! , le respondió con una mirada de irritación y se fue.
Lentamente reabrió el diario, miró su foto y la acarició con dulzura, es una ciudad insegura dijo en voz baja y tiró el periódico a la basura.

A la semana siguiente un peluquero escandaloso anunciaba su cambio de sexo, ya nadie recordaba a Enkia, solo él, pero por poco tiempo, no tenemos memoria dijo sin darse cuenta y sonrió, el teclado volvió a sonar.