El sol cambió de color, ahora es de un tono gris azulado.
El cambio fue paulatino pero nadie lo notó, sólo un día en que un niño jugaba con una pelota roja y esta dejó de serlo, para formar parte de la gama de los grises, todo cambió para él en ese momento.
Pero yo lo veía venir, el tono rosado de mis mejillas cambiaba al verme reflejada en algún aparador, dejé de pensar en el color de la ropa que compraba; porque toda se veía igual durante el día.
Las cosas cambiaban de noche, cuándo las luces artificiales podían hacer que tu cabello pasara del negro al rojo, la gente comenzó a salir más de noche, ya que el día, que se volvió gris literalmente deprimía a la gente; los suicidios dejaron de sucederse por la madrugada, en las horas solitarias cuando los minutos en el reloj se congelan, y terminaron por pertenecer al amanecer, cuando veías por tu ventana aquella imagen distorsionada que en otra época era sinónimo de alegría, y frases como: -mañana saldrá el sol de nuevo- , se volvieron una sentencia, fue cuando la gente empezó a desear permanecer en los trabajos muy entrada la noche, detestaban el espectáculo de la puesta de sol, ya que hasta les daba la impresion que el sol no calentaba igual, quizá fuera así.
No hubo mayor revuelo con las explicaciones científicas, -fue un cambio gradual- decían los entendidos, -nada puede hacerse, nuestra estrella es ahora gris- , y la gente aprendió a aceptarlo.
Yo me resisto...
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