El sábado a las cuatro

Ella caminaba por la calle, rumbo a su encuentro secreto, no sabía cómo era, sólo había escuchado su voz (muy sensual) por el teléfono, las manos heladas, no dejaba de sobarlas con fuerza, lo vió al otro lado de la calle, y pensó oh es él,uhmm es lindo, pero cruzó, ella no había quedado en eso con él, claramente le dijo me esperas en la tienda con el logo de coca-cola, pero este chico lindo cruzó la avenida, y esa sonrisa inquieta se borró por un instante de su cara pálida, se quedó ahí parada, observando como lentamente aquel chico cruzaba y se paraba a unos metros de ella, compró unos caramelos, seguro sintió la mirada insistente quemando su nuca, y volteó, una, dos veces y sonrió, esa sonrisa traviesa apareció por arte de magía en su rostro nuevamente, y caminando despacio, se fueron.